Mi aprendizaje en la etapa de Educación Primaria estuvo basado en el modelo tradicional de aprendizaje.
En este modelo, el maestro es el eje central del proceso de enseñanza y aprendizaje. Por tanto, está centrado en el maestro, el cual juega un papel activo. El conocimiento fluye del maestro al alumno, haciéndose énfasis en la formación del carácter de los estudiantes. El emisor de toda comunicación es el maestro y el receptor el alumno. El docente es el dictador de clases, reproductor de saberes, a veces severo, exigente, rígido y autoritario.
Por el contrario, el alumno juega un rol pasivo. Tiene poco margen para pensar y elaborar los conocimientos. A los alumnos se les exige memorización, sin dar lugar a un desarrollo de pensamiento teórico y crítico. Los estudiantes reciben la información, la memorizan y/o la copian, es decir, su aprendizaje consiste en repetir lo más fielmente posible las enseñanzas del maestro.
Las clases del modelo tradicional de aprendizaje tienen un gran volumen de información, transmitida verbalmente por parte del maestro. El aprendizaje es individualizado, sin atender a la gran diversidad que puede existir en una clase. Se realizan pocas actividades de carácter práctica por parte del alumno. Por último, se evalúa el resultado, no el proceso.
Mis clases de primaria fueron como he descrito anteriormente. El docente transmitía sus conocimientos verbalmente, mientras tenía como base un libro de texto. Nosotros, como alumnos, no hacíamos trabajos prácticos para desarrollar competencias. Nos evaluaban por exámenes al final de cada tema del libro de texto o al final de cada trimestre.
El modelo de aprendizaje que más se ajusta a las necesidades de los alumnos y que me gustaría haber tenido es el Aprendizaje Basado en Problemas o en Investigación.
Este modelo es un método docente basado en el estudiante como protagonista de su propio aprendizaje. El aprendizaje de conocimiento tiene la misma importancia que la adquisición de habilidades y actitudes. En él, los estudiantes de manera autónoma, aunque guiados por el profesor, deben encontrar la respuesta a una pregunta o solución a un problema de forma que al conseguir resolverlo correctamente suponga que los estudiantes tuvieron que buscar, entender e integrar y aplicar los conceptos básicos del contenido del problema así como los relacionados.
Los alumnos adquieren un papel activo, donde toman la responsabilidad de aprender y crear alianzas entre alumno y profesor. Los profesores tienen un rol de guía o asesor. Ven a los alumnos como sujetos que pueden aprender por su propia cuenta. Los alumnos trabajan en equipos cooperativamente, interacciones y aprenden en un ambiente colaborativo.
Se lleva a cabo una evaluación continua, la cual valora el proceso más que el resultado de la investigación.
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